lunes, 31 de julio de 2017

1933. El Alcalde Iglesias Corral dicta un bando prohibiendo las Hogueras de San Juan en La Coruña.

El alcalde Manuel Iglesias Corral prohibía las
Hogueras en la Noche de San Juan 
Especialmente polémica resultó la Noche de San Juan de 1933, al emitir el Ayuntamiento coruñés, el día 23 de junio,  a través de la prensa, un bando firmado por el  alcalde de la Ciudad, Manuel Iglesias Corral, que había accedido al cargo en julio del año anterior, sustituyendo a Juan González Rodríguez, y en donde instaba a los miembros de la Guardia Municipal a perseguir cualquier tipo de hoguera que se  instalase en las calles de la ciudad, a fin de cumplir con el ancestral tradición rito del fuego en honor  a San Juan Bautista.

El bando decía así: “ Teniendo en cuenta la Alcaldía las molestias que se irrogan al vecindario con la tradicional costumbre de las hogueras de San Juan, encendidas en la vía pública, las cuales ocasionan además deterioros en el pavimento asfáltico y producen todos los años gran número de accidentes, he dispuesto que por los agentes de la Guardia Municipal se evite terminantemente la aludida práctica tradicional  en las calles del casco de la urbe , y en todos aquellos lugares en que puedan ocasionar perjuicios. La desobediencia a los agentes de la autoridad en este aspecto será sancionada con las multas correspondientes”.

Ese mismo día La Voz de Galicia  llamaba a la juventud a la prudencia dejando en su páginas el siguiente comentario: “Es de suponer que, aunque padezca la tradición, no haya contraventores, Y también que la prudencia se imponga entre la mocedad de las afueras, para el número  de chamuscados, contusos y heridos sea menor que otras veces. Hubo año   en que el balance de heridos más parecía una batalla que una verbena”.

Al día siguiente La Voz de Galicia daba cuenta desde sus páginas que el bando del alcalde no se había cumplido de ningún modo, al no haber guardia municipal nocturna y que una gran cantidad de gente, desacatando el bando, tranquilamente, seguras de que nadie habría de atajarles, gozó con las hogueras que ardieron por toda la ciudad. Eso sí de nuevo la lista de heridos, quemados y contusos fue muy elevada, la mayoría de carácter leve, salvo un caso que tuvo que ser atendido de quemaduras en brazos, piernas y vientre.

En esa víspera de San Juan  el Ateneo popular de Santa Lucia celebró en el parque de la Fábrica de Cervezas Estrella de Galicia, una verbena amenizada por la orquestina Barral. El parque lució una esplendida iluminación y estuvo lujosamente decorado.
En el centro cultural de San Roque de Afuera tuvo lugar una animada verbena amenizada por una rondalla. También en los salones del Liceo de Monelos y del Centro Cultural Herculino, se dieron cita numerosas personas que bailaron hasta bien entrada la madrugada.

El señor Teijido, organizador de la fiestas de San Juan en Palavea avisaba a través de la prensa que él no tenía nada que ver con la organización de los festejos de ese año ni por supuesto participarían en ellos las señoritas Dorita Zapata y María Teijido, que se supone eran las guapas del barrio (nota del autor).

La compañía de teatro Martín Pierre, con la notable artista Amparo Martí como primera figura, triunfaba en el Teatro Rosalía con la obra “Hay que vivir” que le permitió  un magnifico lucimiento escénico, cosechando grandes aplausos de los espectadores que llenaron el teatro.

Avión Cuatro Vientos
En el día de San Juan tuvo lugar en la Capilla de San Roque la tradicional Misa y Ofrenda al Santo Precursor  con una comunión general celebrada a las ocho de la mañana y solemne Misa cantada a  las once, a la que acudió una gran cantidad de fieles.  Al final del Sacramento quedó expuesto el Santísimo para su adoración hasta las siete de la tarde en que finalizaría la Novena.

Tanto La Voz de Galicia como el Ideal Gallego llevaban a sus portadas la incertidumbre y pesar que sentía la sociedad española tras la desaparición en Méjico del Avión “Cuatro Vientos” a cuyos mandos iban los pilotos capitán de Ingenieros Mariano Barberán y Tros de Ilarduya  y el teniente de Caballería Joaquín Collar Sierra, que escribieron, por aquellas fechas, una nueva página histórica de las alas españolas,  cruzando por primera vez, a bordo de un  Breguet XIX GR, el océano atlántico   por su parte central, en la ruta que había marcado  Cristóbal Colón en 1492, guiándose no solo por brújula sino por un complejo plan de orientación por las estrellas, organizando el vuelo en dos etapas: una desde Sevilla a La Habana, vía Isla de Madeira y San Juan de Puerto Rico; y otra de La Habana a México D.F, saliendo en la madrugada del día 10 de junio desde el aeródromo sevillano de Tablada  llegando, sin paradas intermedias,  a  Camagüey, al estar en malas condiciones climatológicas el aeropuerto de La Habana, el día 11 de junio a las 20:45 hora local después de 39 horas y 55 minutos de vuelo y 7.895 km recorridos, siendo agasajados Barberán y Collar con grandes muestras de cariño  bullicio y admiración.
Mariano Barberán y Joaquín Collar 
Al día siguiente el Cuatro Vientos tomó tierra en el aeropuerto de La Habana, donde los aviadores fueron recibidos como héroes por miles de personas y por las autoridades cubanas que les tributaron un homenaje sin igual, siendo agasajados durante días en ambientes sociales, políticos, culturales y mercantiles, no faltado el homenaje de las distintas colectividades españolas.
El 20 de junio el avión elevó el vuelo desde La Habana en dirección a Ciudad de México, donde lo esperaba una multitud de unas 60.000 personas para darles  la bienvenida y reconocer su gran hazaña. La travesía comprendía un vuelo de 1920 km que estaba previsto se realizase en unas 12 horas. Ese día fueron vistos en diferentes lugares hasta Ciudad del Carmen, donde a partir de esa posición desaparecieron. De Barberán y Collar nunca más se supo.


Calin Fernández Barallobre. .