domingo, 25 de septiembre de 2016

1982. El año de la XIII Meiga Mayor Susana Martí Rodríguez.


Susana Martí Rodríguez XIII Meiga Mayor de las
Hogueras de San Juan.
Todo estaba a punto. Aquella noche de San Juan de 1982, la comisión de la Hogueras de San Juan iba a recibir un reconocimiento decisivo a su denodada y dificil lucha por rescatar del olvido para la ciudad la mágica Noche de San Juan. 

Si ya en 1974 el gobernador Civil, Miguel Vaquer Salort habia proclamado  a la  V Meiga Mayor Lourdes Herrero Casasola, en el incomparable marco del paraninfo del Instituto Eusebio Da Guarda, constituyendo aquella presencia de la primera autoridad gubernativa, unida  a la aceptación en 1973 de la presidencia de honor de la Comisión Promotora por parte de la primer autoridad de Galicia el Teniente General Carlos Fernández Vallespín, Capitan General de la región Militar de Galicia, toda una declaración de intereses y reconocimiento a la joven comisión organizativa, por primera vez desde 1970, un alcalde de la ciudad iba proclamar a una Meiga Mayor, en este caso a Susana Martí Rodríguez como décimo tercera de una lista que se agrandaba año tras año. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

1921. La Policía detiene en la Noche de San Juan a un conocido carterista. Gran animación en las calles de la Torre y San Juan.


A los pies de la Torre de Hércules tuvieron lugar
las merendiñas de San Juan. 
Un año más, para celebrar la Noche de San Juan, reinó una gran animación en las calles de San Juan, Torre, Tren  y campo de Artillería. Las Hogueras en aquellos lugares fueron formidables  y junto a varias sesiones de fuegos de artificio, dieron un aspecto colorista a la noche más corta del año.

Animadísimas verbenas  con derroche de farolillos, cohetes  y bailes, amenizadas por varias murgas  y pianos de manubrio, tuvieron como centro neurálgico las calles de la Torre y San Juan donde, como todos los años, se elevó al cielo coruñés un globo artísticamente pintado.

En la sociedad  “A Fartanza” situada en la calle del Progreso, tuvieron lugar  dos magníficas fiestas nocturnas con cena incluida, donde se dio buena cuenta de unos cabritos asados.

Gigantes, cabezudos y traganiños

¡Ahí vienen! Los gritos se suceden y el nerviosismo de la chiquillería se desborda. A lo lejos, con un ritmo acompasado, cadencioso, las figuras hieráticas de los Gigantes, el Rey y la Reina, preceden a la algarabía de los Cabezudos que corren por doquier con sus vejigas en ristre golpeando a cuantos niños se cruzan en su camino.