martes, 22 de marzo de 2016

1916. Un crimen en las fiestas de San Juan de Altamira enturbia las fiestas en honor al Bautista.


Vista  de las Atochas, San Juan, Torre y Monte Alto,
calles que celebraron el San Juan por todo lo alto.
A pesar de que el papa había suprimido del calendario los festejos en honor a San Juan Bautista y otros que eran inmemoriales y añejos, viniéndose medio santoral abajo para tornarse esos días en trabajo,  el vecindario de las calles de la Torre, Progreso y San Juan instaló profusión de farolillos multicolores y varios arcos voltaicos en combinación con banderolas y arcadas realizadas con ramaje.  En la calle  de San Juan se sorteó entre los vecinos un hermoso cordero y un magnifico gallo. Buen número de murgas y organillos situados en lugares estratégicos se encargaron de marcar el compás a los danzantes callejeros quienes mantuvieron la animación y el buen humor hasta muy superada la medianoche. Varias hogueras alumbraron con su resplandor las mencionadas calles.

Para honrar al Santo precursor y a la octava del Corpus, los vecinos de las calles de Sinagoga y Santa María prepararon sus calles durante una semana con iluminación a la veneciana con cohetes, bombas, gaitas y organillos y una hoguera en la plazuela de las Bárbaras.

En Rubine, Plaza de Pontevedra, Camino Nuevo, Monelos y huertas de Garás, se quemaron hogueras y algún que otro organillo amenizó  improvisados bailes. La noche estrellada y de magnifica temperatura contribuyó de forma clave a que los vecinos se lanzasen en masa  a las calles. Sin embargo la prensa hacía hincapié en que comenzaba a abandonarse la costumbre de lavarse con las hierbas de San Juan para hacerlo con jabón y que la costumbre de ir a comer las fresas al Pasaje había decaído notablemente en ese año. 

Ningún día más indicado tuvo el juzgado de La Coruña  para entender de un caso donde un matrimonio que había amenazado a una vecina con quemarle una finca en los altos de Eirís  en venganza de no se sabía muy de que, se sentó en el banquillo de los acusados. El matrimonio llevó a cabo la venganza y le quemó un trozo de finca  en el mes de mayo del año anterior que la perjudicada valoró en 18 pesetas. La Fiscalía les procesó solicitando para ellos una multa de 150 pesetas y la indemnización correspondiente de 18 pesetas. Al no haber encontrado el juez  pruebas suficientes contra el matrimonio, este quedó libre sobreseyéndose el juicio. 

Con motivo de las fiestas de San Juan, en un baile celebrado en una taberna de Altamira tuvo lugar un crimen. Alrededor de las once de la noche del día 25 de junio varios mozos discutieron acaloradamente cruzándose frases insultantes saliendo a relucir armas de fuego y blancas. Uno de los enfrentados, el joven de 15 años Emilio Prego, recibió un disparo en el vientre, Sus agresores se dieron a la fuga pero la Guardia Civil del puesto de Sigrás detuvo a Antonio Naya y Manuel Pardiñas, ambos de 19 años y vecinos de Anceis que fueron puestos a disposición judicial en La Coruña.

Calin Fernández Barallobre.