viernes, 30 de octubre de 2015

1910. La calle de la Independencia engalanada por todo lo alto para la Noche de san Juan.

Una enorme riada de gente en las calles, un sinfín de organillos, unas hogueras vergonzantes, cohetes por doquier y miles de farolillos verdes, blancos azules y encarnados, muy bien distribuidos que junto a  la percalina, el ramaje y las banderitas de papel fue la decoración coruñesa que recibió  a la Noche de San Juan de 1910.

Desde la entrada de la calle de Panaderas hasta el Campo de Marte la fiesta fue completa, La elegante verbena de Panaderas con iluminación eléctrica, paseo y baile en la sociedad de Bellas Artes en la plazuela del Consulado, con piano de manubrio incluido, farolillos y baile en el portal de aquel edifico público, estuvo concurridísima.  Por su parte  en la calle de la Torre, iluminada a la veneciana en su primera mitad y con alumbrado mixto en el resto, hubo gran animación. En el campo de Artillería, una rondalla  situada en un palco, dejaba oír mazurcas, valses y polkas. Destacó por sus lucidos adornos la calle de la Independencia cuyas entradas estaban limitadas por unos arcos en los que un pintor escenógrafo realizó murales de gran originalidad. Uno de los arcos estaba dedicado a la prensa y el otro a las sociedades recreativas coruñesas. Los vecinos de la calle derrocharon ingenio y adornos, haciendo artísticas combinaciones con banderas, escudos, guirnaldas de mirto y papel, farolillos de colores y otros elementos decorativos de que disponían.  También hubo baile y jolgorio en las calles del Progreso, Hospital, Papagayo y Tabares.  Se bailó, con permiso de la autoridad competente, en las calles, en las casas y en las tabernas, estas concurridísimas,. La fiesta se prolongó hasta más allá de las doce y media en que un fino orvallo hizo acto de presencia, obligando a las gentes a regresar a sus casas.
 
En el número dos de la calle de la Torre se realizó un sorteo de objetos entre los vecinos que contribuyeron a sufragar la noche meiga. También se hizo un reparto de 65 kilos de pan para los pobres.  Hubo muchas borracheras y pocos altercados, uno de ellos acaecido en la calle de Tabares, donde un mozalbete introdujo  un petardo en casa de una vecina con el consiguiente estruendo y susto de la mujer. Una pareja de Guardias de Seguridad solucionó el asunto. El muchacho fue multado al día siguiente por el gobernador civil con cinco pesetas por causar un altercado público.

Calin Fernández Barallobre.