lunes, 20 de julio de 2015

1907. Se juzga el Homicidio del San Juan de 1906.

Con gran jolgorio fue recibida la Noche de San Juan de 1907 en nuestra ciudad, sobretodo en los barrios y calles de los altos de la pescadería, más cercanos al campo de la Leña y calles adyacentes. La festividad de San Juan Bautista era una de las más apreciadas y disfrutadas por la ciudadanía coruñesa a pesar de que aquellas  grandes verbenas con sus puestos de churros, rosquillas, aguardiente, su iluminación  a la veneciana,  la suelta de diversos globos, estallido de cohetes, música y  bailes, que se daban en  el campo de la Leña a finales del siglo XIX, habían pasado  a la historia. En la noche de aquel  23 de junio de 1907 se dieron bailes  en el Campo de Artillería, Panaderas, Torre y callejuelas cercanas, pero unos bailes rodeados de una excesiva pobreza, muy deslucidos, con unas escasas docenas de farolillos de papel, dos murgas enormemente desafinadas, dos pianos de manubrio, un acordeón y poco más.
Hubo eso si hogueras y  derroche de fuegos de aire, con el consabido consumo de viandas y grandes cantidades de vino que hicieron más llevadera la noche en la que las parejas no pudieron bailar  al estar prohibido de forma estricta  por la alcaldía. A media tardes se organizaron meriendas en los aledaños de la Torre de Hércules con los consabidos bailes regionales. Por su parte el Sporting club obsequió a sus socios con un animadísimo y concurrido baile en su parque de verano “El Leirón” del Camino Nuevo. Rondallas y orfeones recorrieron las calles, ofreciendo serenatas a Juanas y a Juanes y fue mucha la gente que acudió a la carretera del Pasaje a desayunarse con fresas y leche, siguiendo  aquella tradicional costumbre de la amanecida sanjuanera.  Pero sin lugar a dudas la noticia más comentada en la ciudad, aquella noche de  San Juan de 1907,  fue que en un juzgado coruñés, a la mañana de ese día,  se celebrase la vista por el crimen acaecido en la carretera de Monelos durante el San Juan del pasado año y donde, tras un nutrido tiroteo entablado entre una pandilla de Eirís y otra de Vioño, resultó muerto por apuñalamiento  Camilo Iglesias “Basilio”. El homicida, Alfonso Campos “El Garacho”, se sentó en el banquillo de los acusados, defendido por  el ilustre jurisconsulto D. Manuel Casás, quien intentó demostrar la eximente de legitima defensa. Por su parte el ministerio público, en la persona del señor Hidalgo,  pidió para el homicida  la pena de 12 años de reclusión, al entender que no se daba la circunstancia de legítima defensa puesto que el homicida se aprovechó de que su víctima se hallaba caída para asestarle la mortal puñalada que acabó con su vida. El presidente del Tribunal, Señor Arguch, dictó a las dos de la tarde sentencia ante una sala abarrotada de público. Alfonso Campos “El Garacho” fue condenado a seis años y un día de prisión mayor y a abonar a  la familia de la víctima 2000 pesetas de indemnización. Al día siguiente, el Santo Precursor, recorrió los aledaños del Campo de la Leña en Procesión que fue seguida por innumerables fieles, poniendo fin así a otra festividad de San Juan.